La crisis afecta a la salud

El incremento de personas que solicitan ayuda por depresión ha aumentado de forma drástica estos dos últimos años, con un índice de suicidio superior al 6% respecto al año 2008. Las principales causas atribuibles son el paro, la soledad y la crisis económica, que abocan a la población a pedir ayuda al Teléfono de la Esperanza, un servicio gratuito que se ha visto colapsado por los ciudadanos que no obtienen ingresos económicos suficientes para acudir a un psicólogo.

Curiosamente, aunque la mujer es más propensa a sufrir depresión, casi el doble que el hombre, la tasa de suicidio en varones es cuatro veces superior. Parece ser que la negación ante el problema y la carga de responsabilidades familiares ante momentos difíciles, como los que estamos pasando, puede ser la razón principal que conlleve a muchos hombres a tomar esta decisión. Además, el promedio de varones que acuden al médico a pedir ayuda psiquiátrica o psicológica es muy inferior a la de las mujeres, que no tienen ningún problema en aceptar y asumir la necesidad de ayuda.


El miedo, la inseguridad, la desesperación y la soledad son los aliados perfectos de una de las enfermedades más extendidas entre los países desarrollados. La crisis económica ha dado alas a un mal que mucha gente oculta por vergüenza e incomprensión, empujando a muchas personas a recluirse en sí mismas, sin ver salida a una situación que se les escapa de las manos.

Los medios de comunicación y la Sanidad Pública deben aunar esfuerzos por informar y ayudar a una sociedad cada día más propensa a no afrontar los problemas que se le vienen encima. Esconder los datos bajo la alfombra y ocultar los índices de suicidios no va a hacer que desaparezcan, sólo alimentaremos la soledad a la que se sienten tal ligados. Es deber de todos arrimar el hombro por aquellos que más lo necesitan, y que puede que estén en el piso de abajo. A veces Haití está más cerca de lo que pensamos.